Star Trek

Ay omá, qué rico. Me encuentro en mitad de la segunda temporada de tan mítica serie y estoy gozando como un enano.

Viajes en el tiempo, computadoras con vida propia, clones, ciborgs, tiranos, planetas de todos los colores, chicas ye-yé enseñando sus cachitas todo el tiempo… son sólo algunos de los deliciosos ingredientes que nos mostraba la serie capítulo a capítulo y que han sido imitados hasta la saciedad en films y series de sci fi posteriores.  

La gran Star Gate, por ejemplo, se basa prácticamente en este mismo esquema, sustituyendo la nave por una puerta hacia otros planetas.

A esto le añadimos unos personajes con un carisma aplastante como el guaperas y noble capitán Kirk o el frío y siempre guiado por la lógica, señor Spock y ya tenemos un delicioso entretenimiento.

Se ve que en la serie estaban caninos y usaban decorados de cartón piedra o cuadros enormes pintados como fondos pero eso es precisamente lo que le daba el encanto, artesanía de la buena.

Cuando termine me pondré con las películas y con La próxima generación, del resto de la franquicia hasta nuestros días paso.