A veces apetece chutarse un poco de mierda y pus en las venas. Eso justamente es lo que ofrecen, en forma de canciones, estos dos cerdos americanos.
Esto fue lo último que sacaron en estudio estos legendarios animales del death-grind más pútrido y maloliente, con sus letras, portadas e interludios entre canciones sacados de películas de terror/gore.
Temas más simples que el mecanismo de un lápiz, hechos con dos notas y con batería sampleada ultra cutre que da aún más sabor a estiércol a su corrosivo sonido.
Larga vida a Mortician.
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