La primera vez que oí a Graham Bonnet me pareció un cagarro. ¿Cómo ponían a ese tipo en Rainbow? Al poco le fui cogiendo el gustillo, investigando en sus proyectos y a día de hoy me parece un campeón que escupe rock duro por su gritona boca.
Buscando más de sus andanzas es como he dado con este disco del guitarrista Michael Schenker. Ya flipé con la etapa setentera de este amo de las 6 cuerdas pero no sabía que en los ’80 todavía conservaba esa magia compositiva.
Y es en esta santísima comunión de Bonnet al griterío y Schenker a los riffs donde surge este enorme discazo ! Puro hard rock, toquecillos de metal y mucha clase !!
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