El primer disco de Tony Iommi con todos esos cantantes de rock alternativo me pareció una caca de mono.
En estas sesiones de 1996 la cosa cambia y vuelve a juntarse con el mítico Glenn Hughes para este discazo de riffs como rocas, tempos lentos y al tito Hughes cantando como el mismísimo dios en la tierra.
Iommi es de los pocos guitarristas que repitiéndose y copiándose a sí mismo una y otra vez siempre suena adictivo y fresco. Su último disco hasta la fecha, “the devil you know” así lo demostró.
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